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La muerte de Maud Mannoni

Con la muerte de Maud Mannoni, el 15 de marzo de 1998, de un paro cardíaco, murió una de las figuras más importantes del psicoanálisis francés. Ella tenía 74 años. Dedicó lo esencial de su vida profesional a niños y adolescentes en gran dificultad, para quienes creó, con el psicoanalista francés Robert Lefort y los educadores Rose Marie e Yves Guerin, en septiembre de 1969, la Escuela experimental de Bonneuil - Sur -Marne. Escuela que definen como " institución estallada" volviéndose una referencia central en el aborde de la locura infantil. Esta experiencia se inspiró tanto de la antipsiquiatría anglosajona como de la pedagogía de Celestín Freinet y Makarenko, pero teniendo por referencia mayor la clínica psicoanalítica, puesto que no adoptaron las tesis de la antipsiquiatría. Para Mannoni no había que suprimir el asilo, ni negar la noción de enfermedad mental, sino crear otros lugares para escucharla, lugares que escapen a la reclusión mortífera. Ella contestó profundamente el aspecto alienante de la medicina y la uniformización de los cuidados médicos. Su finalidad fue la de "animar un trabajo que tuviera por objetivo la creación para desafiar las fuerzas de muerte y segregación y acercarse así al inconsciente enigmático". En 1995, ella explicaba que esta escuela se esforzaba en reintegrar los niños psicóticos en la sociedad, privilegiando "el orgullo de hallarse en el mundo del trabajo con la ayuda de adultos deferentes, pero extranjeros a sus círculos familiares".


Maud Mannoni, nacida Magdalena Van der Spoel en 1923 en Courtrai, Bélgica, pasó su infancia en Colombo, donde su padre ejercía las funciones de cónsul general de Holanda. Luego volvieron a Europa, vivió en Amsterdam, después en Anvers.


En su libro "Lo que le falta a la verdad para ser dicha" ella relata los períodos más importantes de su itinerario, así como sus traumatismos de niña, su crianza en Ceylan, la separación de su nodriza, su vuelta a Europa, sus dificultades de adaptación a los diferentes idiomas. La experiencia de una sociedad multicultural y el contacto con el universo cultural, su nomadismo, la condujeron a tomar en cuenta los problemas de adaptación y marginalidad. Sus libros, que ella dice que se confunden con su vida, como si sus experiencias ya vividas se hallaran en el corazón de su orientación clínica, se inscriben en la perspectiva de saber como hacer para reanudar con la lengua perdida de la infancia, así como la de saber que hacer para sobrepasar el traumatismo inherente a todas las formas de separación y poder liberarse. Para ello, ella propone la creación o la integración.


Estudió Ciencias criminológicas en la universidad de Bruselas. Paralelamente obtuvo un diploma de "psicotécnico" y adhirió a la sociedad belga de psicoanálisis. En 1948 llegó a Paris para trabajar en el Hospital Trousseau y seguir la enseñanza de Francoise Dolto marcando una etapa decisiva hacia una clínica de las psicosis en los niños y en los adolescentes. F. Dolto tendrá igualmente una gran importancia en su vida privada, pues le hace conocer a su futuro marido, el filósofo y psicoanalista Octave Mannoni. Al lado de este intelectual de izquierda, -militante de izquierda y anticolonianista ella misma-, frecuentan el equipo de los Tiempos Modernos. En 1960 ella firmó el "Manifiesto de los 121 sobre el derecho a la insumisión" en la guerra de Argelia.


M. Mannoni integra la sociedad Francesa de Psicoanálisis donde hace una segunda parte de análisis con Jacques Lacan. En estos mismos años ella viaja periódicamente a Londres para ser formada por D. Winnicott. En 1964 participa con Lacan a la fundación de la Escuela Freudiana de Paris e inaugura en la Ediciones Seuil la colección "Campo Freudiano" con su libro "El niño retardado y su madre" (1964), así como un nuevo estilo de intervención freudiana donde se mezclaba el rigor teórico y la rebelión. Muchos otros textos de reflexión analítica siguieron, como: "El niño, su enfermedad y los otros" (1967), "El psiquiatra, su loco y el psicoanálisis" (1970), "Educación imposib1e" (1973), "Un lugar para vivir"' (1976), etc. Ella no dejó de reflexionar hasta el fin de sus días, por escrito y oralmente.


En 1982 fundó con Octave Mannoni y P. Guyomard el Centro de Formación y de investigación psicoanalítico (C.F.R.P).


En 1994 fundó la "Asociación de formación psicoanalítica de investigación freudiana, Espacio Analítico", que presidió hasta su muerte.


La muerte de Maud Mannoni me ha impactado fuertemente, pues habiendo tenido el privilegio de compartir una experiencia de vida durante diez años en ese "Un Lugar para vivir" que era y es la Escuela Experimental de Bonneuil, tuve ocasión de conocer a esta mujer que nos enseñaba principalmente que el psicoanálisis no estaba separado de un compromiso social, situando entonces el combate contra la exclusión y forzando todas las aberturas posibles en la sociedad, y, que debíamos orientarnos fundamentalmente por nuestro propio análisis y por el estudio de los textos psicoanalíticos para poder acompañar a estos niños y adolescentes, para los cuales el dolor de existir los sumía en el repliegue más profundo. Ella nos empujaba a cada uno a transmitir el deseo de vivir y de crear. De esto le estoy profundamente reconocida.


Mayo 1998. Mirtha Rosas Ruiz.